Creo que una de las razones por las cuales tantos seres humanos hemos consumido alcohol y otras drogas es el miedo a estar solos.
A muchas personas les aterroriza la soledad, porque las enfrenta con sus propios sentimientos. Hemos aprendido a callar y encerrar nuestros sentimientos. Nos drogamos con fármacos para librarnos de los dolores corporales, y comemos basura y consumimos cigarrillos, alcohol y otras drogas para librarnos de los sentimientos.
Cuidemos con cariño nuestro cuerpo y nuestras emociones.
En su mayoría los enfermos almacenan una gran cantidad de indignación y rabia inexpresadas hacia su familia y hacia la sociedad en su conjunto. Puede que estos sentimientos vayan acompañados de una sensación de desamparo y desesperanza. No creen que puedan hacer ningún cambio positivo en su vida. Aún no conocen el enorme poder de su mente.
Nuestra mente es un instrumento muy poderoso
Está muy extendido el abuso de las drogas. Se ha convertido en nuestro mejor método de escape. Nos tientan con seducción. «Ven, juega conmigo, te haré pasar un buen rato, haré que te sientas muy a gusto», parecen decirnos. Y es verdad, durante un tiempo las drogas nos hacen sentir bien, alteran nuestra realidad. Lo que no se nota al comienzo es el terrible precio que nos harán pagar.
Después de tomarlas durante un periodo, se deteriora nuestra salud y ya no nos sentimos bien, y por añadidura tenemos la adicción, ansiamos la droga a cualquier precio y prácticamente estamos dispuestos a todo por conseguirla.
Nos arruinamos, robamos, estropeamos nuestras relaciones y destruimos nuestra valía personal.
Las drogas debilitan nuestro sistema inmunitario hasta niveles peligrosos. ¿Por qué íbamos a pensar siquiera en tomarlas?
Existe la presión de nuestro entorno, de nuestros compañeros, es cierto, y esto puede llevarnos a probar alguna droga una vez. Pero su uso repetido es otra historia. Todavía no he conocido a nadie que consuma drogas regularmente y se sienta a gusto consigo mismo.
Tomamos drogas para escapar de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, para simular que nos sentimos bien, para esconder que sufrimos, para proporcionarnos un falso apoyo y poder dañarnos más a nosotros mismos.
Y todo esto comienza con la falta de amor y aprecio por quienes somos.
Mediante las drogas tratamos de eliminar nuestros sentimientos infantiles de no valer lo suficiente. Pero esto nunca resulta, porque las drogas siempre desgastan, y nos sentimos peor que antes, porque ahora además cargamos con la culpa de tomarlas.
¡Qué bien escribes! Hace poco que sigo lo que escribes por aquí. Se nota lo grande que eres en cada una de las palabras que, sin mas, decides escribir para que gente como yo pueda disfrutar leyéndolo. Quizás, entre mas de un perdido por la red que se ha encontrado con tu blog, soy mas privilegiada por estar conociéndote no solo a través de tus palabras, si no a través de mirada, de tus gestos, de esa sonrisa que desde que te conozco nunca ha desaparecido. Y es en tu sonrisa, donde demuestras lo bien que estás, lo que has aprendido a caminar y lo que aún te falta por recorrer. Quizás pase por tu vida sin mas, quizás forme parte de ella para siempre... sea lo que sea, desde que te conozco me siento mejor, y ojalá podamos seguir compartiendo momentos tan increibles como los que hemos vivido.
ResponderEliminarYa sabes que soy muy pesaa, pero te lo vuelvo a decir... ¡nunca dejes de sonreir!